La CONAACH participa en un encuentro latinoamericano de expertos en macroalgas

La acuicultura de macroalgas se presenta como una actividad con potencial para resolver los problemas de seguridad alimentaria, sobreexplotación de recursos marinos y afectación al hábitat. Su desarrollo debe ser inclusivo, además de sostenible.

Si bien el evento reunió mayoritariamente a científicos e investigadores de algas, los organizadores facilitaron la participación de Teresa Nilo, representante de la Coordinadora Nacional de Algueras y Algueros de Chile (CONAACH), quien pudo compartir su conocimiento y experiencia de 25 años en la actividad durante la presentación y discusión de los documentos que los expertos elaboraron.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile (UACh) organizaron el evento “Estado y perspectivas del cultivo de macroalgas en América Latina” que contó con la participación de expertos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela.

En Chile existen, aproximadamente, 20 mil familias que dependen de la alguería. La CONAACH es una organización joven que ha logrado agrupar a muchos algueros y algueras de caletas que se ubican a lo largo de la costa chilena. Actualmente, la organización incide en las discusiones sobre la Nueva Ley de Pesca con el objetivo de que esta actividad sea reconocida y diferenciada de la pesca.

Teresa Nilo resaltó la apertura de los expertos a escuchar su voz y el reconocimiento a los algueros y algueras como actores claves con quienes se requiere impulsar un trabajo conjunto para mantener su identidad y garantizar su participación en la toma de decisiones sobre sus medios de vida.

“Ellos identificaron como importante que nosotros formemos una cooperativa que nos de la autonomía necesaria para que nuestro trabajo sea visible y tenga una valoración justa. En la actualidad nuestro sector está muy mal pagado en relación con el trabajo que hacemos y la importancia de nuestra actividad para la economía del país”, comentó Teresa.

El cultivo de algas es una alternativa que, según la opinión de Teresa, puede desarrollarse siempre y cuando exista transparencia en la información y voluntad para hacerlos partícipes de este tipo de iniciativas, con educación y capacitación oportunas.  

Teresa fue enfática en sus intervenciones al indicar que los algueros y algueras no deben ser vistos como depredadores del mar y sus recursos, sino como sus custodios. La alguería para ellos no es solo su medio de vida, sino una actividad que les da una identidad. “Afortunadamente, la mirada que los científicos tienen sobre nosotros y nuestra labor es positiva; ellos aseguran que conservar nuestra identidad y cultura y nuestro trabajo es muy importante, que estos aspectos no pueden ser dejados de lado y que se necesita un trabajo conjunto para que seamos parte de la acuicultura de algas y que la ley lo garantice”, destacó Teresa.

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